EL PRIMER SERVICIO DE TELEFONIA EN SAN MIGUEL TOTOCUITLAPILCO
(Antes fue la primer tortillería y después una de las mejores tiendas de abarrotes)
En la esquina de Morelos e Independencia en la comunidad de San Miguel Totocuitlapilco se instalo el primer servicio de telefonía cuyo proveedor era Telmex. La señora Isalia Lopeztello Campiran nos conto que sus padres el Sr. Horacio Lopeztello González y su esposa la Sra. Consuelo Campiran Sánchez instalaron en esa esquina de nuestra comunidad la primer tortillería de maíz natural la cual era cocida en un enorme comal de petróleo y el cual se encendía con gasolina, esta tortillería abastecía del producto a toda la comunidad así como a la población de San Lorenzo y Mexicalzingo y algunos otros pueblos circunvecinos. La maquina con la que se hacían las tortillas era de rodillo manual y la parte trasera de la maquina tenía una bola de acero que le servía de contrapeso.
En 1972 la familia cerro la tortillería para abrir la que sería la tercer tienda del pueblo ya que la primera la abrió el señor Santiago Figueroa, sin Embargo la tienda de Don Horacio era más surtida y fue la primera en vender abarrotes y carnes frías además de que tenían un permiso para vender cerveza, fue entonces que llego el año de 1974 cuando representantes de Telmex visitaron al Sr. Horacio y a su esposa la Sra. Consuelo para que se instalara de común acuerdo la primer caseta telefónica a nombre de la señora Consuelo Campiran Sánchez.
El teléfono era una caja de madera la cual estaba pegada a la pared se descolgaba la bocina y se le daba vueltas a una manija de cuerda para comunicarse con la operadora, esta a su vez realizaba el enlace con los diferentes sitios a los que se quería hablar.
La Sra. Rita Lopeztello, nieta del Sr. Horacio trabajo con ellos durante cinco años de 1987 al 92, ella nos cuenta a detalle cómo funcionaba el servicio:
“Primero llenábamos un recibo con los datos de quien hablaba y el numero al que deseaba hablar, el recibo tenía más datos como el tiempo que se llevo la llamada y el costo, cuando yo trabaje con ellos teníamos que ir a pagar a Telmex cada mes, llevábamos todos los recibos y debían coincidir con lo que Telmex tenia registrado, de ahí nos daban la comisión que nos correspondía por cada llamada, los teléfonos cambiaron varias veces primero era de cuerda, luego cambia por el de disco y se marcaba al 02 para comunicarnos con la operadora más tarde llego el de teclas.
Cuando llamaban de fuera hacia San Miguel Toto, teníamos que ir a buscar a la persona a la que le llamaban se cobraba el servicio como mensajería, muchas veces ibas a avisarles en bici o caminando, se les cobraba mas a los que vivían mas lejos”.
La Sra. Isalia Lopeztello Hija de don Horacio nos cuenta que en 1978 cambiaron el teléfono original el cual trabajaba con baterías y cuya batería duraba entre 4 y 5 años, en ese año se pretendía instalar un centro de monitoreo es decir un conmutador que serviría de enlace para conectar mas líneas telefónicas a particulares del mismo pueblo lo cual no resulto ya que por ese tiempo Telmex cambio de dueño y el servicio se ofreció de forma directa a la gente que solicitara una línea telefónica la cual fue adquirida por personas que en ese tiempo tenían mejor situación económica.
La Señora Isela nos cuenta que por desgracia el establecimiento donde se instalo este servicio el cual fue construido en el año de 1953 cobro la factura con el paso del tiempo ya que este tipo de casas hechas con adobe y madera al no darle mantenimiento las paredes se deterioraron, un día una de ellas se vino abajo junto con el techo el cual ya estaba apolillado, aun así el servicio telefónico lo siguió proporcionando.
Fue en el año de 1994 cuando le vendieron a la Sra. Isalia Lopeztello la tienda y la casa y pese a las condiciones de deterioro que continuaban siguió dando el servicio hasta el año del 2005, este sitio está actualmente custodiado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Sra. Isela está haciendo todas las gestiones necesarias para recatar este patrimonio no solo de ella sino de un pueblo deseoso de vivir su pasado.
Agradecemos a la Sra. Isela y a la Sra. Rita por compartir con nosotros esta bellísima historia.
EDITOR:RODOLFO GONZALEZ SALINAS